martes, 20 de marzo de 2012

Aflicción.

Resulta inevitable sentirse enloquecido por la tristeza en días difíciles y sencillos.

¿Mi primera reacción? Cerrar la puerta con llave, literal y metafóricamente sin saber cuál de los dos sentidos se hace más evidente. Si la melancolía intenta atravesar mi sensibilidad será que necesita de mi compañía… No será pues, mi elocuente atrevimiento el que se la niegue. 
Apago la luz, simulando la ausencia de vida entre unas ruidosas paredes, proclamando la rendición temporal y salada que atraviesa mis ojos, tratando de evidenciar lo ocurrido con un silencio alarmante, deprimiendo a todo paseante que se atreva a asomar su hocico por la transparencia de madera.
Es ahí cuando la soledad se une a la gran fiesta nocturna y me abraza con su sutil recorrido, empezando por mi cuello y finalizando en un costado. Se detiene en la superficie de mi piel hasta desvanecerse, dejándome su recuerdo latente en la memoria durante segundos de arena que parecen no erosionarse nunca.
Todo acaba cuando el mar de mis ojos cede el paso al sueño, convirtiendo el presente en pasado, lo real en ficticio, lo triste en alegre, lo cuerdo en loco, lo artificial en natural y la nada en todo. 




Me alegro de que la tristeza cuente conmigo en días como éste.
Me hace ver con ojos mal abiertos los párpados bien cerrados de la gente...


martes, 13 de marzo de 2012

Encallada sinfonía.

Empiezo a sentir frío, corazón de hielo,
no sigas enviando sangre a mi cuerpo
que me congelas el alma con tu fuego.
Entiéndete con la razón, alzando tu vista al cielo
y pregúntale porqué se ausenta
cuando la necesidad se presenta.
Ríndete ante su guerra,
blanquea tu bandera,
que para algo ha de servir
ese fuego cegador
que hace del suicidio
algo irremediable y tentador.


Tres son los finales que puse como remedio a una historia. 
Tres finales con infinitas treguas que optaron por refugiarse en ansias de futuro. 
Tres finales que me dejaron varada en puntos suspensivos...


sábado, 10 de marzo de 2012

Satélites artificiales.


Existen universos proporcionales a las mentes que determinan el mundo de cada uno... Y viceversa.


Si no lo entiendes, puede ser que aún no hayas encontrado la capacidad para creer que lo que a ti no te ocurra también es posible.
Pista: Abre la mente.

lunes, 5 de marzo de 2012

Palabras caóticas y absurdas.

¡Qué difícil es transformar emociones en palabras!

El único orden que reina en mi cabeza se llama caos. Caos racional, sentimental, universalmente inaceptado que hace que mis neuronas conecten con mi inconsciente. Sólo en sueños soy real. Lo ficticio amanece junto al Sol, y no por ello muere con las demás estrellas. Orión me ofrece una visión más analítica y puede que sea allí donde revivan mis características... Sandeces, tonterías, cuentos imaginados que desvelan mis deseos, aspiraciones y realidades frustradas.

Es como hacer ver un cuadro a un ciego mediante palabras; La esencia real se pierde, se transforma en garabatos.

Adiós realidad objetiva... Nadie que no seas tú mismo te conoce.


¿Puedes ver lo que yo veo?