martes, 18 de junio de 2013
Contra la erosión.
Se han cumplido las profecías escritas... ¿Es posible que
estemos destinados a la adivinación? Si es así no pensemos en negativo y usemos
nuestros polos opuestos para atraernos hacia la buena suerte. Decidamos no
romper a llorar, que ya bastante tenemos con ser dos piedras condenadas al
desgaste. Bañémonos en barro para protegernos del deterioro. Disfrutemos de la
suciedad del aire contaminado y hagamos un escudo con cada partícula venenosa. Si
es cierto que somos dos piedras, frotémonos hasta que salten las chispas. Provoquemos
lágrimas a los poros de nuestra piel con el calor de una llama viva. Quemémonos
en un abrazo. Ardamos con las ganas satisfechas. Incendiemos un bosque y ocultémoslo
de la lluvia fabricante de ceniza. Seamos llama, (ll)amémonos, y no nos
convirtamos en el olvido gris de una hoguera apagada.
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