jueves, 17 de abril de 2014

Lobos que maullan.

17/04/2014
En cinco años sin vernos nos ha dado tiempo a no cambiar. Sin embargo hemos ido a peor en lo que se refiere a aceptarnos. Nos complementamos mejor, pero nos queremos menos porque nos deseamos más. Antes en un abrazo sentíamos el más intenso de los sentimientos y ahora esa sensación se dosifica en cada roce, en cada mirada, en cada pequeño acto lleno de promesas que no nos permitimos cumplir. Antes no teníamos la certeza de lo que el otro sentía y ahora añoramos la ignorancia que nos salvaba, porque la verdad huele demasiado a sangre. Tenemos dos opciones; bloquear nuestros sentidos o aceptar que estamos muriendo, pero nuestro destino siempre será el entierro.

18/04/2014


Los sentidos ya están bloqueados. Me estoy quedando ciega de tanto olerte el alma y acariciar los recuerdos. La nostalgia ahora tiene un aire esperanzador. Te cojo de la mano sin miedo a que la sangre se confunda de camino. Tu impaciencia te delata, pero el gran paso nunca lo vas a dar en serio. Eso me asusta más que tus palabras y tus miradas de lobo hambriento. Hoy, como ya ocurrió años atrás, hemos reconocido nuestros verdaderos nombres. Somos los protagonistas de un libro que se escribió antes de que naciéramos. Una historia que no tiene fin porque carece de principios. Que los mayores nos envidien, es la prueba de que somos la esencia del comienzo del amor. ¿Acaso eso no es suficiente? La eternidad nos pertenece por ser jóvenes. Somos la intensidad en estado puro, pero nos falta ser una realidad en vez de un par de deseos teñidos de miedo. Nuestras pupilas se han besado tantas veces que nos será imposible perder la oportunidad de mirarnos con los labios.

domingo, 6 de abril de 2014

La libertad es un tren.

Cojo trenes en el último momento
es mi decisión, mi partida,
mi rumbo, mi llegada tardía.
Cojo trenes y me olvido, soy libre.
Me diluyo en la rapidez de mis ideas,
imagino otras orbes, vuelo, oigo el trueno
veo la luz en el túnel, y no prosigue el mundo,
deja de girar, se enmudece y no existe.
Muero, hay algo inerte,
¿Seré yo o la ventana que se mueve?
Parece que el futuro no viene nunca
y que el pasado nunca llegó.
¿Me habré dormido?
Soy libre en este limitado espacio.
Las cadenas las impone el tiempo.
Por eso cojo trenes en el último momento.