La Luna ausente en esta noche me
manda recuerdos,
me dice que esos versos atrevidos esconden cobardía
que está harta de escuchar pensamientos y llantos
que pocos se acuerdan de ella durante el día.
A veces la oigo gritar sobre los sueños cristalinos
los corrompe con insomnio y me deja los pies fríos.
Susurra que por dentro se siente incomprendida,
que siempre escucha y en nadie confía,
que le rompieron el corazón y que por eso su buena cara oculta.
Ahí residen los ángeles que no vemos por no querer descubrir
porque nadie se adentra en lo oscuro por miedo
a pesar de que la luz tan sólo puede alumbrar allí...
Para Aida, lunática fiel en noches nubladas.
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