miércoles, 13 de junio de 2012

Tormenta de verano.

Él leía entre el silencio un libro abierto. El sonido de las páginas al pasar le sumía en el profundo sueño de otra vida. Otra vida impregnada de valentía y privada de toda carencia, salvo de realismo.
El silencio se volvía cada vez menos ruidoso mientras el tren de las oportunidades recorría una vía de palabras a contra viento. Un viento que calaba los huesos de emociones.
Luces en las nubes cambiaron el ritmo de su respiración y el mundo en el que corría. Tiempo después de las velas celestiales escuchó un fragor relajante y tétrico. Miró al cielo canoso con fascinación y, expectante, descubrió otra luz entre las nubes cenagosas. Esta vez vio cómo una lágrima del cielo abierto caía en las letras de papel. Se avecinaban tiempos de tormenta.
Las luces y los estruendos tardíos revolucionaban la fascinación del chico al tiempo que cerraba su libro refugiándolo en su pecho, bajo su camisa. 
La perplejidad de sus ojos se fue extendiendo a través de su alma al resto de su cuerpo impidiendo toda movilidad. El cielo rugía feroz mientras sus pies descalzos sentían la frialdad del lugar. Las nubes lloraban cada vez más fuerte empapando su ropa y su rostro y el suelo era un inmenso charco en el que los dedos de sus pies se divertían. Las luces seguían alumbrando su sonrisa ahora permanente. 
En ocasiones similares, el terror se hubiera apoderado de su mente y sus piernas hubieran seguido el camino de la huida pero, esta vez, el miedo se resistía a hacer su visita habitual.
En ese momento, el cielo se abrió de piernas dando a luz un fugaz rayo que descendía desde los ojos celestiales como una lágrima más. Una lágrima mortal que conectaba con todas las gotas muertas del asfalto paralizando el corazón del chico y rompiéndolo en mil pedazos al caer.
Y es que, cuando muere tu mundo real resucitas en tu ficción y cuando muere tu mundo ficticio resucitas en tu realidad.

No siempre después de una tormenta aparece un arcoiris. A menudo ambos conviven manteniendo un equilibrio. Todo depende de en cuál centres tu atención, depende de ti.


3 comentarios:

  1. Este se merece con todas las letras mi reacción en increíble...
    Este me parece un texto genial o perdón por la expresión, como suele decirse: "de puta madre".
    Me ha encantado esta entrada, no solo por como has escrito sino por las dos frases que has dejado:

    1º Y es que, cuando muere tu mundo real resucitas en tu ficción y cuando muere tu mundo ficticio resucitas en tu realidad.

    2º No siempre después de una tormenta aparece un arcoiris. A menudo ambos conviven manteniendo un equilibrio. Todo depende de en cuál centres tu atención, depende de ti.

    Que ciertas son esos dos párrafos o el último párrafo con esa última frase...

    Y personalmente me has recordado a uno de los mejores días de mi vida, cuando todavía estaba con mi novia y tras acompañarla en su casa y hablar con sus padres empezó una tormenta, pero no una tormenta cualquiera sino, como dices, una tormenta de verano. La verdad es que me puse a correr porque de mi casa a la suya hay bastante tiempo (normalmente suelo ir en autobús o renfe pero me encanta correr) y era una tormenta tan "rara" como increíble... Me puse andar hasta mi casa dejando que esas gotas cayeran encima mío y como hacía un aire templado... La verdad es que fue un día increíble y tú me has hecho volver a recordarlo, muchas gracias ya casi lo había olvidado.

    P.D: Es cierto que no siempre después de una tormenta aparece un arcoiris, pero yo creo que debemos de vivir todo tipo de situaciones. Además de que, la naturaleza nunca deja de sorprendernos, aunque a veces cree demasiado daño (que personalmente es una cosa que creo que cada día nos estamos buscando más por toda la contaminación, aunque no siempre es así...).
    Yo solo espero volver a vivir una tormenta así, aunque las circunstancias sean distintas.

    P.D2: La felicidad no consiste en tener todo, sino en saber sacar lo mejor que te da. (Espero que lo hagas o que lo sigas haciendo, te lo mereces).
    Y con este comentario me despido "cada vez menos desconocida".
    Un fuerte beso/abrazo/saludos y ánimo con todo.

    Aunque los vientos de la vida soplen fuerte, sé como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie.

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    1. Me alegro mucho de que te guste, de verdad. Me hace ilusión que me digas que está bien escrito y sobretodo que te gusten las dos frases del final. En ti no me esperaba menos, todo lo que sean frases te encantan!

      Me gusta que esto te haya hecho recordar aquel día de tormenta. Tuvo que ser genial y lo mejor de todo es que tormentas igual que esa seguro que no hay pero sí diferentes, podrás disfrutar el día menos esperado de algo así. Es bueno que te guste correr, te cuidas y además hace que te alegres. Es un buen mecanismo para evadirse de los problemas y verlo todo de un modo diferente. Correr, que no huir...

      Yo también creo que muchos de los desastres naturales son potenciados por el ser humano aunque no dejen de ser naturales. Nos estamos cargando el mundo. Si todos, de verdad todos pusieramos un granito de arena este mundo iría algo mejor.

      No puedes saber si me merezco esa felicidad, sigo siendo una desconocida aunque cada vez vaya a menos. Pero si, creo que todos merecemos ser felices tan sólo por tener vida al igual que merecemos estar tristes.

      Gracias por alegrarme los días con tus comentarios, de verdad. Me hace mucha ilusión saber que las cosas que escribo le gustan a alguien y consigues hacer que me sienta con fuerzas para seguir con un puñado de palabras.
      Seguiré doblándome cuando el viento sople fuerte y cuando me rompa (que será algo inevitable) volveré a crecer hasta ser un junco lo bastante alto y fuerte como para doblarme y seguir en pie.
      Gracias por todos esos consejos :)

      Te mando un fuerte abrazo y mi apoyo para cuando lo necesites!
      Cuídate mucho "cada vez menos desconocido"!

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  2. "cuando muere tu mundo real resucitas en tu ficción y cuando muere tu mundo ficticio resucitas en tu realidad"

    Que gran verdad...

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