martes, 3 de junio de 2014

Miedo a caer.




Por encima de la vida he volado
descubriendo que el cielo visto por encima es gris.
El mar ni si quiera se intuía
y caer sobre una nube
significaba experimentar dolor.
Angustiaba imaginar desvanecerse
y nada podía salvarme del sufrimiento.
No podía subir más arriba.
Estaba en el límite de mis virtudes.
Los ojos no podían succionar más belleza.
Y entonces caí.
Tuve que bajar porque no soportaba estar tan alto.
Sufría por el miedo a caer
y me entraban unos vértigos de espanto.
Ahora en mi cielo gris estoy bien,
pero sigo con el temor a desmayarme.
Veo el suelo negro que me espera.
Tiene nostalgia de mí y sed de sangre.
Tarde o temprano, mi miedo me hará caer
y teñiré el suelo de un color fúnebre.
El temor no se va
y voy dejando mi huella en cada desvanecimiento.
No tendría que haber temido caer desde las alturas.
Si me hubiera mantenido fiel a la esperanza,
si no hubiera desistido ante los sueños,
seguiría por encima del cielo,
pero formo parte de la caída.
Cada vez más bajo hasta que no quede nada,
ni un recuerdo, ni una huella.
Cada vez más bajo hasta que no quede miedo.

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