Se escuchaba desde fuera, a pesar de que venía de muy dentro. El corazón a veces grita tanto que no podemos silenciarlo antes
de que su quejido se exteriorice. A mí me gritaba una retirada...
Hay palabras y emociones que no podemos
retener en nuestro interior. Algunas salen sin poder evitarlo en forma de
lágrimas, gritos, miradas, ceños fruncidos, sonrisas…
¿Quién se atreve a pasar de largo estos síntomas? No son más
que expresiones corporales que surgen de sentimientos, a veces aferrados a
recuerdos. Puede que lo que un día consideramos como algo horrible hoy sea
valorado como maravilloso, y lo que un día fue maravilloso nos resulte ahora
horrible. Después de todo, no somos tan predecibles como creemos serlo y la
permanencia es sólo algo transitorio, como los recuerdos.
En eso consiste esta partida de ajedrez, cuyo jaque mate nos
llega mucho antes de morir…
Hay que seguir jugando. |
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